Jorge Paladino nació en Buenos Aires el 13 de abril de 1948. En 1975 publicó por su cuenta Primeras lluvias reuniendo allí los poemas de su juventud temprana. Desde entonces, sus trabajos en poesía como el Romance a la guerra del Atlántico Sur (Inédita 1983), Rompientes (Ed. Cimarrón 1987), Los entenados (Ed. Agora 1995), y las trece obras teatrales que escribió y puso en escena desde ese año hasta la fecha, reflejan los sentimientos, las necesidades y las luchas de nuestro Pueblo, vistas desde una perspectiva profundamente humana. En la actualidad se desempeña como docente en el taller de Dirección teatral y puesta en escena, de la Universidad Nacional de General Sarmiento. La presente novela fue escrita al terminar la dictadura y, en palabras del autor, reelaborada en estos últimos dos años, "para demostrar que la militancia juvenil no nació en 2010 y que muchos de los que se decían revolucionarios en los '70, hoy ostentan lujosos cargos en el Estado, sin haber abandonado su falsa verborragia izquierdista".
La catedral de los
pájaros es una novela basada en hechos reales que protagonizaron un grupo de
jóvenes entre 1973 y 1976. En ella se ve
cómo la agitación política y social de la época va cambiando su bohemia y los
“viejos ropajes filosóficos” para llevarlos a abrazar ideales luminosos. Fueron años de intenso aprendizaje y vocación
militante que los marcaron a fuego, junto a toda su generación, cambiando para siempre el
sentido de sus vidas.
CONTRATAPA
Amanecía 1973 y atrás quedaba una noche que parecía definitivamente
enterrada bajo nuestro entusiasmo. Éramos parte de ese viento insolente que
recorría pueblos y ciudades. En él podíamos desplegar nuestras alas por primera
vez. Aún percibo la fragancia de aquél tiempo febril...y algo suicida. Aquella
"Belle Époque" que nos tocó vivir a los que veníamos de dictadura en
dictadura, de cárceles y de "bastones largos".
Por ese tiempo nació y cobró vida "La Comuna". Así
bautizamos a aquél afortunado encuentro de náufragos veinte-añeros en una
casona de la calle Zufriategui, a unos metros del Puente Saavedra. Una isla,
que en sus comienzos se mantuvo lejos de las rutas marinas, pero que muy pronto
fue invadida por el hervidero de la calle. Atrás quedaron los desvaríos
metafísicos y esa bohemia pintoresca, pero algo ingenua, que nos había ganado
en los '60.
Fueron años de intenso aprendizaje y vocación militante, que
marcaron a fuego a nuestra generación, cambiando para siempre nuestras vidas.
Dispuestos a defender cada minuto de aquélla nueva existencia, nos desprendimos
de esa suerte de harapos filosóficos con que se nos había vestido en épocas
dictatoriales y abrazamos ideales luminosos. Hoy vuelvo a revivir las voces de
quienes junto a mí, crecieron, amaron y lucharon bajo un sol, que se ocultó
demasiado pronto.
Paso la mano sobre el cuero ajado de las tapas de la
"Bitácora" y vuelven las imágenes de aquél breve tiempo de bonanza,
entre 1973 y 1976, que muchos se empeñan en recordar como "violento",
sospecho que con el afán de justificar lo que vino después. Yo prefiero llamar
a mi generación... la generación prohibida.
Jorge
Paladino