Nació en Villa María, Córdoba. De joven se radica en La Plata (Buenos Aires) donde cursa sus estudios. Trabaja en la Comedia Nacional.
Cuando el partido de Gral. Sarmiento crea la Dirección de Cultura, se hace cargo de la cátedra de teatro y propone la creación de la actual escuela municipal de teatro.
Desde joven adhiere al justicialismo. Es reconocido por su prolífera producción con trabajos como “Ese purrete, Juan Duarte” “Ceremonia de hombres solos “El príncipe idiota”
Incursiona en el cine de vanguardia de Jorge Polaco como guionista.
Participa del certamen de narración histórica “Quinientos años del descubrimiento de América” en México y su obra “La Malinche-La amante de Hernán Cortez” es ganadora.
También en Alemania gana un certamen literario con su obra sobre la vida de Alberto Durero.
Rivas amó intensamente las letras y a sus alumnos. Participó del movimiento de resistencia de los noventa.
Con orgullo de ser trabajador municipal.
Cofundador de ADEL (Asociación de escritores y lectores de Gral. Sarmiento). Gestor del primer “Aguante LA Cultura”.
Humberto Rivas vive en la localidad de Grand Bourg hasta su fallecimiento el 24 de agosto del 2001, tres días antes de su cumpleaños.
Biografía de Humberto Ceferino Rivas
Nació en La Plata, pero prefirió el noroeste de la provincia de Buenos Aires para desarrollar una tarea ejemplar en Bibliotecas Populares, Centros de Cultura, y todos aquellos ámbitos de la región que pudieran brindar un espacio a la palabra.
En el marco de una obra de incalculable valor obtuvo los siguientes premios: Primera Mención en Premio Mercosur por la obra "De Reyes y Hechizos", 1999. Selección de obras para Teatro Leído de Argentores por "Tebas, trono vacante". Galardón máximo de Argentores por su obra "Aldonza se va a las Indias", 1994. Mención de Honor de Radio Difusión Alemana e Instituto Goethe de Buenos Aires por su guión radiofónico "Un niño puede derrumbar el paraíso", 1990. Premio Alejandro de Isusu (Pcia de Buenos Aires) por la totalidad de su Obra Dramática, 1983. Medalla Centenario de la Ciudad de La Plata por la totalidad de su Obra Literaria, 1982. Premio Argentores por su obra "Un destino para el sargento Cruz" , 1980. Premio Máximo Radio Nacional en Teatro Radiofónico, 1980.
Premio Cine Abierto por su guión (en colaboración con Francisco García Silva), "Di Giovanni, fin de una utopía", 1978. Premio Festival Internacional de Teatro Tercer Aniversario Fundación de Colonia (Uruguay) por su obra "Mancebos, demonios, doncellas y otras yerbas", 1968.
Premio mejor obra extranjera Asociación de Cronistas teatrales de Lima (Perú) por su obra: "Bachiller se necesita", 1996. Premio a la mejor obra extranjera del Festival Internacional de Teatro de Marionetas y Títeres, Florencia (Italia) por "La luna y los pastores" basado en un poema de Leopardi, 1952. Perteneció al cuerpo de traductores de la Ex Escuela de Cine dependiente de la Universidad de La Plata. Ocupo Cátedras en el departamento de Teatro y Medios Audiovisuales de la Universidad de Lomas de Zamora. Por pedido del Ministro de Educación de la Pcia. De Buenos Aires dictó en diversos puntos de la provincia seminarios sobre las filmografías de Passolini y Bergman, Ejerció la crítica cinematográfica en L.R.11. Radio Universidad Nacional de La Plata, en Radio Exelsior , en La Plata y en la revista Historium. Además de las obras premiadas son de su autoría: "El convidado", teatro Payró, dirección Rubén Pesce; "Revelión de personajes" ex – teatro Joaquín de Vedía, dirección david Curesses; "Toda la tierra para Caín", ex – teatro El gorro escarlata, dirección David Cureses; "Los Conflictos" ex – teatro Bonorino, dirección Osvaldo Calatayud; "Mientras Sobrevivimos" ex - teatro Bonorino, dirección de Osvaldo Calatayud y Néstor Anejeiras; Adaptación de "Volpone" de Ben Jonson, teatro al aire libre Parque Chacabuco, dirección Néstor Amejeiras: "Dos monarcas para Tebas" seleccionada para los festejos teatrales del sesquicentenario del 1816, Teatro Lola Membrives, dirección Ariel Keller; "Almuerzo para el Carnero" teatro Payró, dirección R. Gill Soria; "Historia de la civilización y la barbarie" en colaboración con Mauricio Kartun, sala Planeta dirección Armando Corti. Esta obra fue incluida como texto coadyuvante en la cátedra de Historia Latinoamericana en la Carrera de Ciencias Económicas de U.B.A , con la titularidad de cátedra de Horacio Gonzáles; Traductor de "L´Isola" (La Isla) de Mauro Fabbri, teatro ABC, dirección de Osvaldo Calatayud; "Buenos Aires (¿aires buenos?) ", teatro Altos de San Telmo, dirección Armando Corti; "Expreso hora X" , teatro radiofónico Radio Universidad Nacional de La Plata. Publicaciones, becas, Investigaciones: "Los cortejos del delirio" "Un destino para el sargento Cruz", son obra publicadas y "La libertad de pensamiento en el Renacimiento" es un ensayo en colaboración con Guillermo Vadillo. Conferencias "Shakespeare y las brujas" y "La visión de España en el teatro de García Lorca" en la Asociación Cultural Micromundo de San Miguel. Se desempeño como actor en el ciclo de teatro en idioma italiano realizado en el teatro Empire bajo los auspicios del Instituto Italo-Argentino para el intercambio cultural. Como pedagogo (con relación a lo teatral) es co-fundador junto a Alfredo Devita y Oscar Rovito, de la carrera de Teatro de la Universidad de Lomas de Zamora, posteriormente suprimida. Por encargo de la Pvcia de Buenos Aires dictó seminarios para docentes primarios y secundarios destinados a la elección de literatura dramática juvenil para la escuela primaria y secundaria. Dictó Seminarios sobre la "Comedia dell´Arte destinado a los alumnos del taller y asignatura "Títeres" de la Escuela Municipal de Teatro de San Miguel. Encuentro de una mesa redonda sobre "Naturaleza del hecho teatral" para la Universidad Tecnológica Nacional filial José C. Paz.
Carlos Monti nació en 1961, ciudad de Saenz Peña, Buenos Aires, Argentina.
Escritor de cuentos novelas y poesías. Se desempeña en la función de bibliotecario, en la escuela ESB 312 San Miguel, provincia de Buenos Aires. Coordina el café literario “Los Pasos perdidos” en el Centro Cultural de la UNGS. En el año 2013 publicó su primera Nouvelle: Faro San Juan Salvamento que participó en las ferias del libro de Buenos Aires en 2013 y 2014; Latin American Intercultural Alliance de Nueva York. Han sido publicados capítulos y fragmentos en la revista literaria la Cigarra de México; Guka, Biblioteca Nacional Argentina.
Se encuentra en las bibliotecas populares: Sarmiento en Ushuaia Tierra del Fuego; otras en París, Francia; Red internacional Cuentacuentos, España. En las bases navales de Chile, Puerto Mont ,Iquique, Punta Arenas y Talcahuano.
Participó en 2014 en el concurso Clarín con su Novela: Un mal trago en la calle Olavarría.
Cursó talleres con los escritores Walter Iannelli y Julio César Azzimonti.
Fue Jurado en los concursos literarios de la revista Guka, Biblioteca Nacional Buenos Aires y en el concurso de poesía de LAIA, Nueva York.
Actualmente se desempeña como secretario de redacción de la revista Guka, Biblioteca Nacional. Participó en el corriente año de la feria del libro de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires con su novela Iluminados por el faro.
Fuente nota del siguiente medio: http://www.eldiariodelfindelmundo.com/noticias/2016/01/17/60657-presentaran-el-libro-iluminados-por-el-faro
Voces del más allá
Escucha murmullos que vienen desde el fono del pasillo. La casona que habita está rodeada de una mística extraña. La compró barata, dicen las malas lenguas que hay espectros que se ven en la noche. Fabricio no creo en esas cosas, con sus estudios superiores en física cuántica y la beca de la universidad, irá de a poco refaccionándola. Es verdad que hay algunos ruidos, las tuberías están muy viejas, comidas por el óxido. Algunos cuartos los clausuró, por el abandono y el olor moribundo, mezcla de ratas putrefactas y alimañas.
El lunes, se llegará hasta el pueblo, pasando la universidad a unas cuadras hay una ferretería. Comprará lo necesario, caños nuevos, pinturas, clavos y un martillo. El que está en el galponcito contigua a la casa, le falta el mango.
Se pasa todo el fin de semana corrigiendo trabajos prácticos de sus alumnos, no tiene tiempo para dedicarle a la casona. Cuando cae la noche, comienzan los ruidos. Cree que hay un nido de comadrejas entre el techo de chapa a dos aguas y esas paredes de mampostería.
Definitivamente se la vendieron barata por los ruidos y los olores mezcla de resaca y humedad avanzada. Piensa que todo se soluciona con echarles unas horas de trabajo.
El traslado desde Buenos Aires, oriundo de la ciudad de Belgrano donde tenía todo al alcance de la mano, su trabajo académico, la novia que dejó ilusionada y esos bares literarios. No sabe por qué la facultad lo mando de golpe a ese pueblucho de mala muerte. Repentinamente sin preámbulos previos, sin una carta de presentación, pero carajo parece que se fue huyendo.
Llegó el lunes… preparó todas las carpetas con los trabajos prácticos corregidos, se subió a la vieja camioneta Ford f 100 que heredó de su padre, nunca fue muy amante de los autos, pero sí de los libros. Vino con dos bolsos de ropa y seis baúles con libros: de su trabajo, poesía, arte… -es su placer la lectura-. Dejó por un rato los ruidos de la casona, la facultad lo distiende, se distrae con los alumnos. Está como enfrascado en sus trabajos, los discursos, escritos sobre física, algunos ensayos sobre química. De golpe se acuerda, ya es hora de volver a la casona, pero antes pasa por la ferretería. Estaciona su camioneta roja, descolorida por tantos años de dormir a la intemperie, sobre la acera de la ferretería del pueblo (Rojas, provincia de Buenos Aires).
—Buenas tardes –dijo cerrando la puerta de madera con ese gran vidrio.
—Qué necesita—le contesta el ferretero, ¡con aires de pocos amigos!
Se presentó —soy el profesor que se mudó la semana pasada a la casona. En las afueras del pueblo, me llamo Fabricio.
—Hay que tener coraje para vivir solo en la casona— acotó el ferretero.
—¿Por qué me lo dice?
—Mire usted es nuevo y no lo quiero andar inquietando con habladurías.
—No por favor cuénteme—Dijo Fabricio.
—Mire profesor hace como unos treinta años atrás, la casona estaba llena de fiestas, un matrimonio en buena posición, con cinco hijos, tenían un buen pasar. Que se evidenciaba en la construcción fastuosa, con una serie ininterrumpida de cuartos en tonos pastel, tuvo que ir cerrándolos por los ruidos y ese olor como a rancio y putrefacto.
—Una noche, vuelve el dueño de la casona de trabajar y… encuentra a su mujer en la cama con el cabo del pueblo .Un muchacho muy apuesto. El hombre enloquece y busca la escopeta que tiene guardada en el galponcito: de dos caños que usaba para cazar perdices, cerca de la casona en los campos contiguos .Sube a su habitación sin hacer ruido y les da un escopetazo a los dos. Los chicos se despiertan llorando y se encierran en el cuarto de al lado. Hasta que llega el comisario y se lleva al asesino. Los chicos, los reparten entre familias de otros pueblos. Se dice que en noche de luna llena, en la ventana de arriba, la del dormitorio, se los ve al cabo y Elida como vagando entre dos mundos.
—Perdón profesor no quería asustarlo, hace como diez años que nadie habita la casona. Concluyó el ferretero.
—No se haga problema… yo no creo en esas cosas, los muertos, muertos están, hasta luego.
—Espere le ayudo a cargar todo a la camioneta, me dijo que también lleva un martillo.
—Si gracias y hasta luego— Acota Fabricio.
Esa tarde volviendo a la casona, se quedo pensando en la leyenda que le conto el ferretero. Como es ateo y científico dijo para adentro,” esto es cuento chino—¡si no lo veo… no lo creo!”
Volvió a su rutina de estudios y correcciones. Ya no subió al piso superior donde ocurrió la tragedia: por los ruidos y el olor. Que se tornaba cada vez más insoportable, de apoco tuvo que ir cerrando los cuartos. El dormitorio principal y los dos contiguos. De nada le sirvió tratar de limpiarlo y pintarlos ¿arreglar las tuberías y canaletas?
Pensaba, esas comadrejas están cada vez más grandes. Ya no puedo dejar de escucharlas, hasta hacen mover las lámparas y esa araña hermosa que cuelga del living, frente a la chimenea. Se tuvo que mudar al sofá, rodeado de sus libros y ¡la máquina de escribir Olivetti!, una reliquia que conservó de su abuelo.
Una tarde a la vuelta de la facultad, lo acompañó el desratizador del pueblo. Había sido recomendado en el almacén de ramos generales, donde compró los alimentos.
—Miré ya no puedo subir al primer piso de la casa, ¡Esos ruidos y el olor tan putrefacto, como si hay animales muertos dentro de la mampostería!
— Quédese tranquilo don, hay una vieja tubería dentro de la casa que da al sótano, hace como veinte años me metí. La recorrí toda, seguro que hay animales muertos, tantos años abandonada desde la tragedia, pobre hombre como enloqueció— comentó Ramón.
—Espere ¿cómo me dijo que se llamaba?
—¡Ramón!...Don.
—Bueno, ni sabía que había un sótano, lo acompaño— creo que cerca de la chimenea hay una linterna, la busco… y bajamos.
Abrió la puerta de chapa, y un ruido seco se acomodó en la habitación. Estaba justo debajo de la alfombra del living, tuvo que correr la mesa ratona. ”Como para encontrarla”, pensó en voz baja. Comenzaron a bajar entre una nube de polvo, la escalera rechinaba con las pisadas, queriéndose romper los escalones.
El sótano, era como una gran sala con tuberías llenas de tierra y telarañas. En el centro una salamandra inmensa, como para calefaccionar toda la casona. Como era primavera hasta el momento no tuvo frío. Al fondo muchas latas viejas y una bicicleta de niño y una cuna de madera en muy mal estado. Ramón se introduce por las tuberías. Como lo había hecho unos veinte años atrás, se lo escuchaba ir gateando y entrever los reflejos de la linterna, de golpe… ¡Un grito ensordecedor!, se siente como retrocede raspándose las rodillas, chorrea sangre, se baja como si un rayo lo ha penetrado. Me lo quedo mirando, él con su vista perdida muy perturbado. Lo zamarreo, ¿qué está pasando?
Se despierta de su letargo, Don… vi un a luz blanca, al fondo de la tubería y un espectro que me llamaba: estaba vestido con su uniforme de cabo y una señora atrás lo acompañaba.
—¡Don Fabricio! no hay animales muertos, la casona está embrujada. Yo que usted, ya mismo la abandonó. O vaya en busca del padre Mario.— dicen que hace poco llegó de Italia, aprendió a sacar los demonios—, yo vi con mis propios ojos una de las pequeñas hijas del farmacéutico estaba con el diablo a dentro, hablaba en lenguas extrañas. A mí también me llamaron, porque la casa del farmacéutico tenía un olor nauseabundo y ruidos extraños. Un domingo después de misa se apareció con agua bendita y un crucifijo, bendecido por el mismo PAPA, dicen que la niña se retorcía y vomitaba bilis verdosa amarillenta mientras el padre le lanzaba el agua bendita en su cuerpo y decía sus oraciones.
Me convenció, el domingo voy a misa, después le cuento al padre lo que está pasando con mi casona. Pasaron los días y Fabricio cuando venía de su facultad, se quedaba recluido en el living. Hasta había mudado una cama…—ya no tenía fuerzas para subir al primer piso—.
A sus colegas, les pareció muy raro cuando no lo vieron llegar el lunes a la facultad. Era un profesor muy dedicado y correcto…los rumores le llegaron a Ramón y se acordó de la charla que había tenido la semana pasada. Llamó al comisario, para que lo acompañara a la casona, nadie en el pueblo tenía noticias del profesor. Ni se animarían a llegarse hasta la casona. Fueron con el auto oficial. Ramón tenía un mal presentimiento, se miraban con el comisario. Cuando estacionó el auto cerca de la entrada principal, bajó la ventanilla, un olor a putrefacto se desplomaba en el ambiente.
El comisario desenfundo su arma, e ingreso primero a la vieja casona. Lo siguió Ramón medio espantado.
Descubrieron el cadáver del profesor tendido en la alfombra del living, con la mesa ratona corrida y la puerta de chapa entre abierta. Uno de sus brazos colgaba en el interior del sótano, como si lo quisieran arrastrar hacia su interior, en la mano diestra un crucifijo.
—Creo que no pudo ir a la misa del domingo, ni llego a verlo al Padre Mario— acoto Ramón.
—Mire, por las pruebas que le hice, lleva muerto desde el sábado. Dedujo el comisario.
María Cristina Avila nació en Rauch, Prov. Bs. As, República Argentina.
Desde hace largo tiempo reside en el conurbano bonaerense donde se graduó como Profesora en Ciencias de la Educación-Universidad de Morón-
Con posterioridad obtuvo el Diploma Superior en Ciencias Sociales con mención en Educación en FLACSO- Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales –en la Sede de Argentina-
Desde temprano orientó su accionar en búsqueda de la plenitud existencial fuertemente atravesada por el compromiso con valores humanistas y cristianos.
Tales principios fueron los vectores en sus inquietudes por la educación en todos los niveles, el trabajo comunitario y el desempeño de cargos directivos de gestión educativa y cultural en la administración pública.
Actualmente continúa con el ejercicio de la docencia en el ámbito universitario.
Dada su pasión por la escritura publicó el poemario “Cantos al Amazonas “en Editorial Dunken. En dicha obra intenta sumarse a todas aquellas voces que, desde una conciencia planetaria, claman por las entrañas desgarradas del Amazonas. En 2014 publico su obra Juan, simplemente Juan.
Sus cantos y cuentos infantiles “Color y Sonido”;
Aún se encuentran inéditos sus libros de poemas “Vestigios”;”Moradas”;”Reminiscencia “y “Poemas de invierno”.
Sitios web, enlaces y contacto e-mail de la autora:
..con cada palabra busco hacer contacto con aquellos que, aún inmersos en lo cotidiano, no han permitido que les roben la capacidad de asombro e intentan, de uno u otro modo, evitar extraviarse en la monotonía que adormece los sentidos y asesina los sueños.
Nadie duda que escribir requiere engendrar una idea primero para poder darla a luz, después en un intento más de entrar en comunión …de hacer contacto con otro …con los otros…
Desde ese lugar confío que Semillas al viento encuentre tierra fértil… germine… de sus frutos…
María Cristina Avila
-Fragmentos- "A modo de prólogo" de su obra en gestación “Semillas al viento”
Sobre los Zancos, sueños elevados desde los recuerdos al salto genuino acuarelable; los querubines sabios que re descubriremos en el sagrado árbol de paltas; las heridas en la tierra, los diques y los embalses, comunión con paisajes recorridos por el río caudaloso del despertar vivaz de niños, sus don piruleros, escondidas, rayuelas…El mago, la torta de cumpleaños, el hechizo y cada tema hilado en la obra, componen este logro convite “Se llamaba Juan, simplemente Juan”.
Subidos al séptimo vagón del tren, de la palabra dicente, andén de ilusiones, con el remate final de La zurcidora de almas, bendición encarnada sin escatimar en descripciones y metáforas tan ricas como disfrutables de la sabiduría popular, recreadas por la esencial y necesaria vocación narrativo-poética de María Cristina y su obra.
Prólogo, Claudia
Migliore
"EL SÉPTIMO ASIENTO DEL ÚLTIMO TREN"
Libro "Se llamaba Juan, simplemente Juan" - Relato
I
En opinión de la mayoría de los miembros del grupo hay coincidencia.
Las circunstancias nos han llevado a unificar criterios y a suponer que Juana puede ver debajo de las apariencias. Ello la convierte en una mujer interesante, pero sobre todo la pone en una situación ideal para hablar con cierta autoridad del séptimo asiento del último tren.
En efecto, según el relato de Juana, diariamente, debe tomar el tren de las 7.07 horas que la conduce a la ciudad de Buenos Aires para llegar en horario a su trabajo, en las cercanías de Plaza Miserere.
Nacida en los valles de Río Negro, la puntualidad siempre ha sido para Juana, una cuestión de honor, razón por la cual -“Llueva, truene, garúe o granice debo tomar ese tren”-Afirma.
El hecho es que en algún momento advirtió que, sin saber por qué extraña circunstancia, siempre subía al séptimo vagón de modo que, prisionera de tal hábito, intentaba por todos los medios acceder a él, algunas veces caminando por el andén, otras desplazándose por los pasillos interiores con el tren en movimiento.
-Lo cierto es que, aunque les parezca absurdo, incorporar ese juego a mis rutinas me entretenía-dijo -y daba cierta originalidad a las incomodidades del viaje pues-afirmaba-ya subir al tren de las 7.07 en cualquier día hábil de la semana implicaba pasar por una y mil peripecias”.
Juana era la más alta de su familia y de una belleza exótica con su cabello renegrido extremadamente lacio; pómulos marcados; boca pequeña de labios finos y ojos achinados color miel.
El mismo tono de voz suave y dulce y la expresión serena de su rostro la convertían en una mujer creíble y seductora a la que todos deseábamos escuchar.
La habíamos conocido por sus dotes poéticas varios años atrás en nuestras peñas literarias y su estilo daba cuenta de una mujer independiente, realista y sagaz, con una chispa natural para el humor. De hecho, sus ocurrencias, más de una vez, provocaban inesperadamente estallidos de risa en los miembros del grupo. Lo cierto es que solíamos conversar con ella durante horas casi sin darnos cuenta. Y fue en uno de esos encuentros donde a la lectura de lo escrito se le agregaron los acordes de una guitarra, algunas empanadas y buen vino. Allí Juana encontró la posibilidad de cantar algunos poemas de su autoría hasta que, inesperadamente, pareció caer en un mutismo inusual.
Intrigados por su prolongado silencio y, ante nuestra insistencia, decidió compartir las vivencias de los últimos siete meses en el trayecto del tren a su trabajo. Juana aceptó aclarando que quizá, al compartirlas, podríamos ayudarla a exorcizar los espectros que, inexorablemente, la acosaban en cada viaje y que ya no le daban sosiego.
II
Al principio-dijo-en medio del sacrificio que implicaban los madrugones, el hecho que el tren que debía tomar fuera el de las 7.07 me pareció de buen augurio. Pasado el primer trimestre-agregó-comencé a sentir que viajar en el séptimo vagón también podía ser un indicador de buena suerte.
Ya habían comenzado los rigores de finales de otoño -dijo-cuando con el cielo aún sombrío por los remoloneos del sol y, en medio de la ropa oscura de la mayoría de los pasajeros, comenzó a destacarse, cada día, una mujer con atuendos sumamente coloridos sentada, exactamente, en el séptimo asiento. Los fucsias, los turquesa, los verdes y los amarillos intensos de sus vestidos-dijo-parecían propios de las culturas originarias de los territorios andinos.
-¿Te pareció conectada con la Pachamama?-preguntamos los más ansiosos.
-¿Acaso era una machi?-preguntaron otros. Juana pareció dudar.
-No lo tengo claro…-respondió-pero observar a esa mujer de colores estridentes cada mañana se había transformado en mí casi en una obsesión. En tanto la mujer-continuó-parecía presa de un sopor que alternaba entre la ensoñación y la vigilia al punto que viajaba, casi todo el trayecto, con la cabeza inclinada y el mentón casi rozando su pecho. Mientras tanto, su cuerpo se balanceaba acompasado al ritmo del tren casi todo el viaje mientras sus manos acariciaban las cuentas de lo que parecía…-aquí Juana volvió a dudar- en las penumbras del vagón mal iluminado… un rosario.
Atragantados por las empanadas picantes y calentitas, nos servimos unos tragos de tinto. Juana nos agradeció y lo aceptó de buen grado. Hizo una pausa. Sorbió los tragos en silencio.
-Yo estaba tan intrigada -dijo retomando la palabra- que hice el mayor de los esfuerzos por acercarme al séptimo asiento lo máximo posible. Esa mujer me inquietaba sobremanera. En realidad, ahora que lo pienso mejor, un modo más adecuado de expresar lo que provocaba en mí sería decir que me magnetizaba.
Hizo otro silencio para beber largamente su vino mientras rechazaba con el índice una empanada.
-Finalmente, las últimas semanas pude acercarme a codazos hasta el séptimo asiento y allí me plantifiqué como si fuera un derecho legítimamente adquirido.
Estaba parada casi al lado de modo que podía observarla detenidamente y, hasta percibir su respiración. Efectivamente, solo entonces pude constatar que la mujer llevaba en sus manos una soga con nudos equidistantes y los acariciaba uno a uno todo el tiempo.
-¡Entonces era un rosario!-Dijimos al unísono.
-No lo sé. Creo que la soga envolvía toda su cintura- afirmó.
-Pero allí pude convencerme-Hizo una pausa-Lo que había visto en los viajes anteriores no había sido fruto de ilusión óptica alguna ni tampoco de alucinaciones. En cada viaje-continuó- la mujer se mecía suavemente de atrás hacia adelante como en un ritual, mientras musitaba lo que parecía un lamento. En un lenguaje incomprensible -agregó-y en un tono de voz casi inaudible, musitaba lo que podría ser una plegaria, un mantra o, quizá, una canción ancestral.
En este punto del relato, Juana pareció concentrar toda su atención en el hueco de su guitarra como guiada por la convicción que, en las profundidades de la madera, podría atrapar los recuerdos para traerlos al presente. Luego cruzó los brazos sobre el pecho y ajustó la ruana alrededor de sus hombros, sin embargo, no pudo evitar un ligero estremecimiento.
III
La aguardamos en silencio. Tomás, apuró otro trago mientras Myriam, más impaciente, servía café para cada uno sin preguntar si lo deseábamos o no. Juana, nuevamente en sí misma, recorrió con sus ojos pardos la sala para detenerlos en cada uno de nosotros. Esta vez percibimos una mirada antigua… cansada… dolorosa…
-Después-dijo con la voz quebrada –Después…vino el accidente…Hubo muchos heridos y muertos entre los fierros del tren de las 7.07.Pero para nosotros, los del séptimo vagón solo hubo un cimbronazo. Inexplicablemente, salimos ilesos.
El rostro de Juana se había desencajado. Su actitud corporal acompañaba el rictus de dolor. Todos, casi en simultáneo, observamos su abrigo. Los dibujos étnicos y coloridos del tejido artesanal parecían tornarse cada vez más intensos. En tanto sus manos comenzaron a juguetear con un rosario de cuentas color avellana. Mientras las acariciaba una y otra vez repetía:-No pude salvarlos a todos…no pude…
Desconcertados, solo supimos acompañarla con la espera. De pronto advirtió que seguíamos allí, a su lado, respetuosos de sus tiempos y su confidencia. Volvió a mirarnos uno por uno. Nos costó sostener su mirada.
-No pude…No pude salvarlos a todos…-volvió a decir casi como en trance.
-Desde entonces, la mujer orante o la machi o quien fuese desapareció -aclaró. Ahora, cada vez que tomo el tren, aunque intento permanecer en estado de vigilia la pesadilla se repite y casi como entre sueños, la visualización de los fantasmas se reitera-agregó-.Siempre son diferentes situaciones que acontecen casi como entre líneas de tiempos paralelos.
En algunas, el tren de las 7.07 se desplaza a velocidad uniforme y yo me veo a mí misma, casi especularmente, reflejada en las ventanillas del séptimo asiento enfrascada en alguna lectura. En otras, hay un sacudón terrible. El tren descarrila. Cada vagón penetra en el vagón anterior. Se apagan las luces. El piso del tren se hunde. Todos quedamos atrapados. Y yo, suspendida en otra dimensión, veo mi propio cuerpo y el de los otros pasajeros gimiendo entre los fierros en medio de la sangre y el horror. En otras, el tren descarrila y aunque elevo al cielo mis plegarias, sólo nos salvamos los del séptimo vagón.
Yo aún estoy en estado de confusión y no he podido discernir si la rezadora existió, si fue un mensajero o si está en lo más profundo de mí por alguna cuestión ancestral.
En este mismo momento me pregunto y les pregunto, quién soy; cuál es el sentido de mi existencia; en qué línea del tiempo estoy aquí, con ustedes, y si acaso, alguna vez, podré develar el misterio del séptimo asiento del que para muchos…fue el último tren.
Pág. 119 a 126 de la obra “Se llamaba Juan, simplemente Juan”
II Cuadernillo de actividades para El Rincón de la Plástica - Burbujas de Creatividad,
III Cancionero: Melodías para jugar y 2 cds para escuchar.
Esta obra se compone de una serie de 20 (veinte) cantos infantiles y cuadernillos ilustrados para que se diviertan los más chicos.
Con entusiasmo hemos realizado los tres cuadernillos para ofrecerlos también al docente como herramienta didáctica auxiliar facilitadora de su trabajo en el aula.
Con ella intentamos potenciar el despliegue de la creatividad en grupos de 2 a 10 años en la música y el canto, la plástica y la expresión corporal.
Cuadernillos Color y Sonido I II y III
Motivo de Tapa de cada uno de ellos fue realizado por Ana María Nale.
En el cuadernillo II : Burbujas de creatividad son propuestas de Norma Teresa Sánchez Forgione para el Rincón de la Plástica
El cuadernillo III es el cancionero con partituras y propuestas para la iniciación musical a cargo de Erica Dall'Ara y cifrado americano para guitarra y la voz en los cantos son de Mariano Skialpi.
“Creatividad: Una fortaleza en la persona resiliente”
El concepto resiliencia es utilizado para describir la posibilidad que tenemos los seres humanos de superar los hechos traumáticos de la vida y convertirlos en oportunidades para la maduración y el despliegue de potenciales que enriquecerán nuestra existencia.
El término resiliencia, originalmente, era empleado en el campo de la física referido a la capacidad de los materiales para volver a su forma original luego de ser deformados por algún impacto exterior.
Relativo a cada uno de nosotros, la resiliencia no solo es la capacidad de enfrentar adversidades y saber adaptarse a situaciones difíciles sino, además, de salir fortalecidos por el contacto con talentos hasta ese momento desconocidos.
La resiliencia no es una capacidad de seres humanos excepcionales sino que nos habla de recursos psíquicos que están en potencia en todos los seres humanos y que se activan en nosotros frente a la participación* de un “otro”, *de un adulto significativo que estimule las posibilidades de resiliencia en el momento que el niño atraviesa la crisis traumática.
Otros puntales para nuestro desarrollo como sujetos resilientes son: * la moralidad * la creatividad, *el humor, *la introspección,* la iniciativa y* la autoestima.
El psicólogo Víktor Frankl (Viena.Austria-1905-1997) quien creara una corriente terapéutica: la logoterapia, utilizó su propia experiencia con el dolor en los campos de concentración donde fuese enviado durante el nazismo.
Allí observó que la mayoría de los sobrevivientes eran aquellos que podían darle un sentido a ese sufrimiento.
Los que estaban sin esperanzas, los que no tenían un proyecto de vida a futuro difícilmente lograban superar ese horror.
Por eso, desde su corriente de pensamiento afirmó que el motor que nos impulsa como seres humanos durante nuestra existencia es encaminarnos hacia “la búsqueda de sentido” y actuar conforme a nuestros principios morales.
De hecho en las sesiones de psicoterapia instaba a sus pacientes a encontrar esa “voluntad de sentido”.
Para el autor es vital que cada uno de nosotros pueda sentir la llamada de un sentido potencial que nos espera para ser cumplido. Según Frankl no debemos preguntarnos cuál es el sentido de nuestras vidas sino comenzar a percibir que es la vida la que nos interroga a nosotros. Desde su perspectiva, el sufrimiento sería la puerta de acceso (no la única) que nos permitiría hallar el sentido a nuestra existencia.
Vale decir que, desde su enfoque, el sufrimiento (no como única alternativa) nos daría la oportunidad de alcanzar la plenitud pues lo importante pasaría a ser nuestra actitud frente a ese sufrimiento que nos atraviesa. En consecuencia, si bien el talento resiliente no disuelve el dolor lo que nos permitiría es encontrarle un profundo sentido a ese interminable “desierto interior”.
Es más, quizá las heridas que llevamos en lo más recóndito de nosotros mismos por las experiencias traumáticas sufridas en algún momento de nuestras vidas y cuyo sentido nunca llegamos a comprender no cicatricen jamás, sin embargo , superadas las reacciones de rechazo , nos darán la posibilidad de transformarnos en el curador herido , aquel que no puede curarse a sí mismo pero que, no obstante, puede comprender al otro y ayudarlo en su curación pues esa circunstancia ya lo atravesó antes a él.
En suma, al sujeto resiliente, el padecimiento lo ha iniciado en el más profundo de los misterios: el amor.
."María Cristina Avila construye sus cantos, rítmicos, cristalinos, como el movimiento de sus ríos, de sus frondas, de sus nómades criaturas vitales y sabias, desde la visión de los que van perdiendo su tierra sagrada y natural, sintiendo, percibiendo que el corral se va estrechando momento a momento, sol a sol, árbol por árbol. Lo hace desde la reflexión, desde el difícil lugar de la cultura que se impone. Lo hace intentando ubicarse dentro de los seres olvidados , sus mitos y leyendas, en un entrañable esfuerzo de comprensión angustiosa, pero con la certeza de que algo hay que hacer para tratar de equilibrar y detener el camino sin retorno."...
Prólogo, Julio Azzimonti
Adelanto del nuevo libro de María Cristina (lo presentará en junio de 2018)
El duelo
y otros relatos
de misterio
El pensar solo comienza cuando hemos experi mentado que la razón, tan glorificada durante siglos, es la más tenaz adversaria del pensar. (Martin Heidegger). El libro “El duelo y otros relatos de misterio” de María Cristina Avila acontece en la actual situación histórica enmarcada por lo científico-técnico. Hoy asistimos a la absolutización del horizonte de com presión de la ciencia y la técnica. La ciencia y la técnica absolutizan la razón, una razón unívoca, impersonal y abstracta. Totalizan esta razón, cerrándose a lo otro distinto de sí. Pero esta razón recurre al lenguaje del concepto que al conceptualizar agarra (Begriff), a-prende, com-prende, domina. Se transforma en instrumento de poder. El lenguaje conceptual convierte todo lo que conoce en idéntico, en sus tituible. Niega lo diferente. Es el único lenguaje válido para expresar la realidad. Estamos en presencia de un “totalita rismo gramatical” que niega todo otro lenguaje. A su vez E. Husserl nos habla que en nuestra actual situa ción histórica las ciencias europeas entraron en crisis, una crisis de la razón en tanto y en cuanto han perdido el arraigo en sus fundamentos. Las ciencias perdieron el arraigo en el suelo (Grund) que las nutría de la savia de sentido. Ese suelo olvidado es el “mundo de la vida” (Lebenswelt). El presente libro con sus “relatos” es un aporte al resca te de ese mundo de la vida. El cuento cuenta y por ello no recurre al lenguaje conceptual de la razón científico-técnica, pone en crisis el totalitarismo gramatical. El relato al narrar recurre al lenguaje simbólico que no agarra, no posee sino que da y se da. El lenguaje simbólico es re-cor-dar, volver a dar el corazón porque “el corazón tiene razones que la razón no conoce” *1. El cuento es originariamente un lenguaje oral transmiti do por tradición y guardado anónimamente en la memoria colectiva (el Decir). Pero el “Decir” se hizo texto, se fij la oralidad en la grafía de la escritura. El “Decir” es ahora “Dicho”. Pero lo “dicho” de la escritura apela, llama a ser leído por otro, a ser escuchado por otro. El texto se vuelve a convertir en palabra. Al leerse el texto lo “Dicho” se vuelve a“Decir”. El cuento va del “Decir”*2 a lo “Dicho” y de lo 2 Dicho” al “Decir”. En lo “Dicho” el verbo se nominaliza
y en el “Decir” el nombre se verbaliza. Al leer lo que ha
sido escrito, el texto me habla de ese mundo de la vida. Al
leer re-memoro y con-memoro el nacimiento y la muerte,
el sufrimiento y las alegrías, el bien y el mal, el amor y las
ausencias... Este movimiento implica un movimiento de sí
mismo al otro. El habla del cuento implica la trascendencia
como ruptura de la inmanencia solipsista. En el fondo del
cuento no está el yo sino él nos-otros.
Di Biase, Nicolás.
*1 Pensamientos de Blas Pascal.
*2 Remito a la distinción entre Decir y lo Dicho en E. Levinas en su libro “De otro modo
que ser o mas allá de la esencia”.
Prólogo. Nicolás Di Biase
Feria del libro infantil en Capitán Sarmiento
"¡...el gallo Coco es un poco loco...!"
Primer vídeo de Color y Sonido.Tres libros y dos cds.
Material de apoyo para complementar la tarea del
docente en el aula y del animador sociocultural.